La Lactosa. ¿SOY INTOLERANTE?

LA LACTOSA ¿SOY INTOLERANTE?

La leche y los lácteos son alimentos básicos en nuestra dieta, sin embargo, no todo el mundo los tolera bien.  La leche contiene grasas, proteínas y azúcares, entre ellos, la lactosa, el más conocido e importante, que se digiere a través de una enzima llamada lactasa, que permite su absorción.

Debido a un mecanismo genético, a partir de la infancia, muchas personas pierden la capacidad de producir esa enzima correctamente, de manera que la lactosa no se digiere. El factor geográfico también puede influir en esta intolerancia, que no debe confundirse con la alergia a la lactosa (más frecuente en los niños).

En España, una de cada tres personas sufre síntomas de intolerancia a la lactosa, que se producen cuando ocurre esta malabsorción. Los síntomas que pueden manifestarse van desde la diarrea, la distensión abdominal, los vaciados gástricos o el estreñimiento hasta otros más inespecíficos como picores, cambios de humor, depresión, etc. No obstante, no existe una relación directa entre la intensidad de los síntomas y la malabsorción de la lactosa.

¿Cómo saber si soy intolerante a la Lactosa?



La intolerancia a la lactosa es sencilla de detectar mediante unas pruebas específicas, sin embargo, es frecuente que muchos pacientes no estén diagnosticados porque no se les haya ocurrido que puedan sufrir este problema, debido a la complejidad y diversidad de los síntomas, que además son cambiantes o migratorios, y a la poca información e investigación que existe sobre este tema.



La Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) quiere concienciar de que esta intolerancia no es un problema leve, sino que debe ser detectado cuanto antes  mediante las siguientes pruebas:

-Test genético.

-Biopsia intestinal.

-Test de intolerancia.

-Test del aliento de H2O.

“La intolerancia a la lactosa repercute en nuestra calidad de vida”, afirma Francesc Casellas Jordá, especialista coordinador del libro Puesta al día en común en la intolerancia a la lactosa. El experto explica que no se trata de excluir la leche o los lácteos si se intuye que nos están sentando mal: “Hay que tener en cuenta que la lactosa no solo se encuentra en lácteos frescos (leche, nata, helados, mantequilla), sino que la contienen muchos otros alimentos como el pan de molde y la bollería, los embutidos, las carnes procesadas, los cereales, los pasteles, el chocolate y la margarina”.

En la publicación, Casellas destaca el consumo de lácteos como un hábito fundamental para nuestra salud frente a la caída de las cifras que están sufriendo estos productos España, mientras crecen a nivel mundial. Al mismo tiempo, el responsable del Comité de Nutrición de la FEAD avisa sobre la importancia de sensibilizar a la población y a los especialistas sobre el diagnóstico precoz: “un 40 por ciento de los médicos de atención primaria consideran esta intolerancia como un problema menor, frente al 70 por ciento de los digestivos que opinan que se trata de un grave problema”.